jueves, 16 de junio de 2011

VISIÓN ANTROPOCÉNTRICA DE LA GERENCIA EN LAS ORGANIZACIONES. -Hacia un modelo de Gerencia Humanista- (I Parte).



Aproximación a la realidad actual.
Si visualizamos nuestros entornos, aquellos en los cuales vivimos, nos movemos y existimos, experimentamos que esas realidades están afectadas por la ACCION del hombre – persona, no de aquella producto de una generalidad en la cual resulta diluída la responsabilidad individual, sino que es el resultado de la sumatoria de responsabilidades INDIVIDUALES Y PERSONALES.

Estas ACCIONES, cuando las circunscribimos en el ámbito de las ORGANIZACIONES, son orientadas hacia una PRODUCTIVIDAD, A LA GENERACIÓN DE VALOR y por consiguiente a la obtención  de algún beneficio. Esta Capacidad de administrar y conducir este tipo de  acciones la conocemos como GERENCIA.

La Gerencia, a mi modo de comprender, pareciera estar “determinada” por una suerte de DOGMAS, que han preceptuado - casí  unívocamente-  el qué,  el cómo hacer, y la finalidad de las organizaciones, que no ha sido  otra que la productividad dadora de riqueza, la que en definitiva determinará  o no el éxito  de la labor directiva del gerente.

El estado de nuestros entornos, de la realidad, del cosmos,  denuncia a gritos que, esta forma de gerenciar, con premura por la riqueza y con una metodología de  “productividad”, que pareciera corroborar el adagio de que “el fin justifica los medios”, pero que por otra parte demuestra un letargo y  abulia por lo inmanente a la Persona Humana,   Lejos de “beneficiar” al sujeto histórico, al hombre – persona, lo que ha hecho es minar las propias bases de su subsistencia biológica, psicológica, social y espiritual.

Pensemos, por ejemplo, en nuestras organizaciones, empresas o  espacios laborales, sea cual fuere su misión y objetivos. ¿Cómo están definidas la Misión y la Visión? ¿Qué lugar ocupa la Persona Humana en ellas?, ¿Está incluída  dentro de los Objetivos de la Organización, en la relación biunívoca, es decir en la relación uno a uno, de reciprocidad  que debe existir entre esta y “cada uno” de sus  miembros? ¿Proporciona espacios para la realización de los fines de la persona en consonancia y armonía con los de la organización al mismo tiempo? ¿Son las Organizaciones espacios para la humanización del Hombre-Todo , lo que incluye sus dimensiones humanas, económicas y  ecológicas?

Estas y otras interrogantes debemos hacérnoslas para determinar el grado de compromiso  que nuestras gerencias y organizaciones  tienen con la Persona Humana.

Los Gerentes debemos persuadirnos inequívocamente que,  “todo gira en torno al hombre”, sino hagamos un ejercicio y respondamos las siguientes cuestiones:  ¿Para qué se produce?  ¿Para quién se produce?  ¿a quien se sirve?  ¿Quién se beneficia de los servicios o bienes producidos? ¿Cuál es la finalidad del  servicio prestado? Definitivamente, la labor gerencial tendrá sentido  si la misma contribuye al  mejoramiento de las condiciones de vida del cliente, usuario o  beneficiario.

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